viernes, enero 19, 2007
Deseos repentinos
Mi nuevo deseo para este año entrante, además de enloquecer un poco mas y convertirme en un ser ligeramente más conocedor de la vida, es hacer plushies, ¿que qué tipo de plushies? Es lo de menos. Lo único que deseo es poner a trabajar a mis perezosas manos en algo más que teclear mis salvajes lucubraciones de siempre. Y qué mejor que en un posiblemente terrible y encantador plushie.
Ahh, lo que daría por hacer un plushie como los de NochePrimigenia. Charming.
Ahh, lo que daría por hacer un plushie como los de NochePrimigenia. Charming.
martes, enero 16, 2007
En el callejón de las ratas
Allí estoy ahora. Como si no hubiera escapatoria, perdida por la ignorancia de los sucesos y el contenido de las mentes ajenas. Preguntándome como funciona el mecanismo de ese reloj... deseando, añorando, anhelando poder despedazar ese reloj y descubrir sus secretos. Estar atrapada y disfrutar enormemente la situación... como el latido, bum bum... se siente así cuando la sangre corre por entre los dientes... se desliza sobre la lengua, dejando rastros de su metálico sabor. Bum bum... sinónimo de no hay vuelta atrás. El enorme placer de saber que hagas lo que haga
s no saldrás vivo de ésta. Vivo... irónico viniendo de alguien muerto. Pero en fin, el punto es que se siente magnífico. Saber que es así porque tu lo decidiste. Y que aunque jamás salgas del callejón, la estancia será placentera, como el bum bum del cuello de tu última víctima. Como la tinta deslizándose sobre las páginas de un libro, de la misma manera que la sangre se desliza por la piel. Como una nota musical serpenteando subrepticiamente a través de tu mente adormilada, haciéndote saber que aunque en realidad no es un callejón y en unos días estarás a la luz del sol, bromeando y jugando a aprender y vencer a la ignorancia, puedes sentirte atrapado un rato más. Puedes saber sin remordimientos que jamás entenderás el mecanismo de reloj de las mentes ajenas. Porque son mortales... humanos. Sus pensamientos jamás serán comprensibles para ellos mismos. Y mucho menos ellos podrán entender el tuyo, porque el misterio de la vida está atrapado en un callejón de ratas imaginario.
s no saldrás vivo de ésta. Vivo... irónico viniendo de alguien muerto. Pero en fin, el punto es que se siente magnífico. Saber que es así porque tu lo decidiste. Y que aunque jamás salgas del callejón, la estancia será placentera, como el bum bum del cuello de tu última víctima. Como la tinta deslizándose sobre las páginas de un libro, de la misma manera que la sangre se desliza por la piel. Como una nota musical serpenteando subrepticiamente a través de tu mente adormilada, haciéndote saber que aunque en realidad no es un callejón y en unos días estarás a la luz del sol, bromeando y jugando a aprender y vencer a la ignorancia, puedes sentirte atrapado un rato más. Puedes saber sin remordimientos que jamás entenderás el mecanismo de reloj de las mentes ajenas. Porque son mortales... humanos. Sus pensamientos jamás serán comprensibles para ellos mismos. Y mucho menos ellos podrán entender el tuyo, porque el misterio de la vida está atrapado en un callejón de ratas imaginario. Etiquetas: lapsus
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